La Covid-19 ha desterrado los resfriados primaverales
En un par de días empieza la primavera y con la llegada de la estación de las flores, también llegan los días de sol, más horas de luz, menos abrigos y más resfriados. Pero este año, como ya ocurrió en 2020, los resfriados primaverales han cambiado ligeramente: Pasamos más tiempo en casa, hacemos menos vida social, llevamos mascarillas y nos limpiamos las manos con asiduidad. Esto, además de alejar la Covid-19 de nuestras vidas, también ha alejado los molestos resfriados primaverales. Aun así, practicamos menos deporte, el hecho de estar más en casa hace que muchas personas coman más de lo habitual… Nos mantenemos en lugares cerrados con la calefacción puesta y sin poca ventilación. Esto puede debilitar el sistema inmune. Sigue los consejos de RoigSat para reforzar tus defensas.
4 consejos para mejorar el sistema inmune y evitar los resfriados primaverales
Ya hace un año que nos lavamos las manos cada cinco minutos, no nos llevamos las manos a los ojos o la boca y nos tapamos con el codo al estornudar. Nos protegemos más para hacer frente a los elementos externos como virus y bacterias. Igualmente tenemos que cuidar de nuestro sistema inmunitario, ya que en algunos casos la alimentación ha empeorado y la actividad deportiva se ha reducido, lo que puede afectar a las defensas. Apunta estos consejos:
- Dieta rica en verduras y frutas. Son los alimentos que mayor cantidad de nutrientes tienen, también los lácteos y las proteínas y las semillas. También los frutos secos.
- Mantenerse hidratado. Beber agua durante el día es importante para mantener el cuerpo hidratado y evitar problemáticas como dolores de cabeza, la sensación de sequedad en la boca, y debilidad muscular. El agua ayuda a mantener en equilibrio el sistema inmune.
- Vida activa. Hacer deporte, subir las escaleras y moverse evitando una vida sedentaria ayuda a que fluya mejor la sangre, beneficia la circulación y pone en alerta al sistema inmunológico.
- Un buen descanso. Es importante no solo intentar dormir entre 7 y 8 horas diarias, sino que el sueño sea de calidad. El estrés, la ansiedad, algunas medicaciones y ciertos alimentos pueden influir en la conciliación del sueño y en un buen descanso. Se pueden dormir 8 horas, pero si no son de calidad puede ser peor que dormir solo cinco, pero de verdadero descanso.
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