Los puntos verdes más sostenibles están cambiando el comportamiento de las gaviotas

gaviotas

 

La transformación de los vertederos ha afectado el comportamiento de las gaviotas. Un estudio reciente del Imedea (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados),  en concreto de un grupo formado por investigadores del CSIC y de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), ha determinado que la especie “Larus michahellis” ha transformado sus pautas de comportamiento por influencia directa de los cambios registrados por los vertederos. Desde RoigSat te explicamos cómo estas modificaciones están afectando al medio ambiente y a nuestros ecosistemas.

Cómo los programas de sostenibilidad están influyendo en el comportamiento de algunas gaviotas

El estudio del Imedea se centra en los cambios que ha introducido la Unión Europea en sus programas de sostenibilidad para mejorar el desarrollo y aplicando un mayor control para hacer frente a posibles plagas a través de la transformación de nuestros vertederos.

Uno de los objetivos de los programas de transformación de los vertederos es limitar o hacer desaparecer los residuos orgánicos que pueden servir como alimento a las denominadas aves oportunistas. Las gaviotas “Larus michahellis”, que tienen las patas amarillas, son un ejemplo de ave oportunista.

En los últimos años estos vertederos con residuos orgánicos se habían convertido en la principal fuente de alimentación de estas gaviotas. Con la puesta en marcha de la medida, se han visto obligadas a cambiar sus hábitos y, por tanto, el impacto ha sido enorme.

El estudio del Grupo de Ecología y Demografía Animal del Imedea se ha desarrollado en concreto en la isla de Mallorca y está centrado en la colonia de gaviotas de patas amarillas de Sa Dragonera. La investigación ha demostrado que después de la transformación del vertedero mallorquín de Son Reus en una planta incineradora, las aves han disminuido el volumen de huevos y se han detectado cambios en la condición corporal de los animales. Así mismo, algunas de estas aves empezaron a buscar alimentos en contenedores de basura y parques de núcleos urbanos y también a desplazarse al vertedero de Can Na Putxa, situado a más de 100 kilómetros de sus nidos y en otra isla, Ibiza.

El Imedea continúa ahora su estudio, ya que Can Na Putxa se reconvirtió hace poco en una nueva planta de separación de basura y reciclaje, una oportunidad para estudiar qué harán ahora estas aves.

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