Por qué las cañas de papel no son una alternativa a las de plástico
La emergencia climática actual que vive el planeta exige medidas contundentes. El calentamiento global ya se ha producido y conseguir revertir la actual situación solo está en nuestras manos. En los últimos cinco años parece que la sociedad se lo ha tomado en serio y las instituciones han intensificado las campañas de reciclaje y muchas empresas se han implicado poniendo en marcha programas de responsabilidad social corporativa. Muchas veces es un greenwashing de manual, pero aquí lo más importante es cuidar del medio ambiente. Una de las medidas que se ha popularizado y más empresas practican es la de ofrecer cañas de papel como alternativa a las de plástico. Una medida que, ¿realmente funciona? Te avanzamos que no, desde RoigSat desgranamos todos los contras y te recordamos que deberías hacer un buen mantenimiento de la caldera y del aire acondicionado, puedes pedir cita con nuestros técnicos expertos.
Los peligros del uso de las cañas de plástico tradicionales
Se estima que cada día se usan en el mundo 1.000 millones de cañas de plástico. Teniendo en cuenta que tardan en degradarse entre 200 y 500 años, está claro que se tiene que limitar su uso. De toda la basura y materiales plásticos que se vierten al mar, las cañitas representan un 4% y son un peligro para algunos animales marinos como las tortugas, ya que se pueden tragar las cañas fácilmente y tener problemas respiratorios graves.
Cañas de papel: ¿Una alternativa real?
Según datos de Greenpeace cada ciudadano español utiliza unas 110 cañas al año con un consumo total de 13 millones al día. El reciclaje no es una solución factible, porque la tasa real de reciclaje de los envases plásticos es solo de un 25,4%.
La propuesta que ha ganado más adeptos y cuenta con la participación de más comercios y empresas son las cañas de papel, pero no son tan sostenibles como nos pensamos. Los más críticos, señalan que esto solo es una fórmula para tranquilizar la conciencia del consumidor o para que las compañías cumplan con las normativas antiplástico.
Las cañas de papel son difíciles de reciclar porque son muy gruesas, el papel y el cartón tampoco son buenos conductores del líquido (por eso muchas se deshacen e impiden poder beber con normalidad y se tienen que usar más de una). Algunos fabricantes han optado por incluir más cantidad de celulosa y que sean más consistentes, pero esto también las hace ser menos biodegradables.
Está claro que el futuro del medio ambiente pasa para buscar fórmulas de reutilización y abandonar el estilo de vida de usar y tirar.