Energía-cinética

La energía cinética, una nueva forma de fomentar el ahorro económico

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El I+D+I (Investigación, desarrollo e innovación) avanza y permite descubrir nuevas formas de tecnología y aplicaciones científicas en diferentes ámbitos, como por ejemplo, el de la arquitectura y la construcción. La investigación permite descubrir nuevos materiales y poner en marcha renovadas prácticas que reducen el número de residuos, reutilizan e incrementan la eficiencia energética. Las energías renovables se benefician de las nuevas tendencias en su uso en el sector de la construcción, y una de las que está más en auge es la energía cinética, una nueva manera de fomentar el ahorro económico. Desde RoigSat te explicamos en qué consiste.

Cómo fomenta el ahorro energético la utilización de energía cinética

El simple movimiento de ir y volver del trabajo genera energía. Se calcula que un hombre en reposo emite entre 100 y 120 vatios. Una energía que se renueva con el consumo de alimentos que contienen calorías y nos permiten seguir emitiendo energía. El calor humano es una gran fuente de energía renovable y si añadimos el movimiento, se incrementa convirtiéndose en la energía cinética. Ya existen diferentes aplicaciones en el mundo real.

Con esta premisa una empresa sueca de ventilación está aprovechando el calor generado por los peatones cuando se mueven dentro y fuera de la estación central de tren de Estocolmo para obtener energía renovable.

Se trata de un sistema que permite recuperar todo el calor generado por la actividad de los viajeros y visitantes cuando pisan las baldosas del suelo de la estación. El sistema recoge el calor humano a través del sistema de ventilación y ésta es desviada hacia los depósitos de agua subterránea. El agua circula por el sistema de cañerías y aclimata el edificio. Con este sistema se ha reducido en un 25% la factura energética de la estación. También durante los meses de verano se aprovecha el agua de un lago próximo para refrigerar el espacio y los materiales de construcción permiten que se filtre el sol pero no el calor en verano.

También existen otras aplicaciones, pero que no implican tanto el movimiento y sí el calor humano: Cargar los gadgets electrónicos con conversión de energía termoeléctrica. Ya existen dispositivos que se llevan encima y gracias al efecto Seebek y materiales que recogen el calor humano pueden recargar la batería.

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