El auge de la industria de la moda sostenible
La sostenibilidad en la industria de la moda no es una excepción. Como en el caso de otros sectores, en los últimos años ha crecido una tendencia que busca encontrar un equilibrio entre aquello que se produce y lo que se consume y la naturaleza. El objetivo es crear conciencia sobre lo que implica la fabricación de ropa y el impacto de la cadena de creación. La moda sosteniblepretende que el impacto en el medio ambiente sea mínimo y que las condiciones de vida de los trabajadores se respeten. Desde RoigSat analizamos el auge de la industria de moda sostenible.
¿Qué es la moda sostenible?
Como ya hemos dicho anteriormente en este artículo, esta industria busca un equilibrio entre lo que se produce y lo que se consume; esto se traduce en:
- Materiales ecológicos y/o reciclados.
- Producción de comercio justo.
- Cumplimiento de los derechos humanos de los trabajadores.
- Producción adecuada a las ventas que tendrá la ropa.
- Uso de materiales que no sean contaminantes ni perjudiciales para la salud de las personas.
En definitiva, la moda sostenible huye de las producciones masivas, el consumismo y la búsqueda exclusiva de beneficios económicos por el impacto medioambiental que supone. Según la Fundación Ellen MacArthur a partir de los datos del Banco Mundial, en 2000 se fabricaron 50 millones de prendas de ropa y el 2015 ya fueron 100.000 millones.
Además de la sobreproducción, uno de los principales problemas tiene que ver con la calidad de las fibras, la toxicidad, el reciclaje nulo o la explotación de trabajadores en países en vías de desarrollo.
- Las aguas contaminadas a consecuencia de los tintes suponen el 20% de todas las aguas industriales contaminadas del mundo.
- Fibras sintéticas como el poliéster suponen un problema, ya que no son biodegradables y el reciclaje es complicado al mezclarse con otros materiales.
- Las microfibras que se desprenden a la lavadora y que pasan los filtros de la máquina acaban en los mares y océanos.
- La mayoría de los trabajadores de las fábricas del sector textil en países en vías de desarrollo son mujeres que son explotadas trabajando jornadas de más de 14 horas, por sueldos miserables y condiciones infrahumanas.
A todo esto, se suman las emisiones contaminantes que provoca el transporte de las mercancías a grandes distancias. La industria de la moda sostenible quiere acabar con esta situación apostando por piezas creadas bajo demanda o en colecciones muy pequeñas, con tejidos naturales y en fábricas de proximidad.
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