Las consecuencias de la guerra para el medio ambiente
Los precios de los alimentos disparados, las tarifas de los carburantes también, los suministros grabados por el IPC y una creciente inflación… Si tienes la sensación de que últimamente todo sube menos tu sueldo, no te estás equivocando. La recuperación tras los dos años de pandemia a consecuencia de la Covid-19, que hizo frenar en seco e ir a medio gas a muchos sectores, sumado en la guerra de Ucrania, está provocando que la vida sea cada vez más cara. Al margen de la parte económica existe otro aspecto a tener en cuenta: El medio ambiente. El conflicto armado está retrasando los compromisos ambientales que habían asumido los países de la Unión Europea. Desde RoigSat te explicamos cuáles son estas otras consecuencias de la guerra para el medio ambiente. Y recuerda que para evitar sorpresas, es recomendable hacer un buen mantenimiento de la caldera y del aire acondicionado, puedes pedir cita con nuestros técnicos expertos.
Las consecuencias de un conflicto armado para el medio ambiente
La actual guerra Ucrania-Rusia tiene algunas consecuencias directas sobre el medio ambiente porque la mayor parte del gas que se consume en Europa procede de Rusia y en los últimos años no se ha apostado por acelerar la transición hacia energías renovables creando una situación de dependencia que ahora obliga a muchos países a subvencionar el consumo buscando otros mercados.
Los presupuestos que ahora se destinarán al incremento de los costes del gas de otras procedencias se tendrían que haber invertido en energía solar y eólica, suponiendo un freno al despliegue de políticas medioambientales más ecológicas, verdes y sostenibles.
Paralelamente a esta situación, también han surgido algunas voces que hacen patente la necesidad de prolongar el uso de las centrales nucleares (se estaban desmantelando por su peligrosidad, pero hoy por hoy, es de las energías más limpias, aunque un incidente puede tener unas consecuencias fatales). Si se sigue este camino, e incluso se reabren plantas ya cerradas, supondrá también un incremento de los costes. Y cualquier cambio en el presupuesto supondrá un descenso de las partidas dedicadas a las energías verdes.