contaminación lumínica

¿Qué es la contaminación lumínica de las ciudades?

contaminación lumínica

La contaminación lumínica se la conoce como a la emisión de luz procedente de fuentes artificiales durante la noche. Generalmente, este alumbrado artificial es colocado para la realización de las actividades previstas en un espacio concreto. Hoy en día, las grandes ciudades se ven inmersas en luz durante 24 horas seguidas, ya sea de día o de noche. Hasta el punto que las grandes capitales mundiales están afectadas por la contaminación lumínica de todos estos dispositivos artificiales, alterando los biorritmos de los seres vivos.

 

Causas de la contaminación lumínica

La principal causa de la contaminación lumínica es la mala calidad y la orientación del alumbrado, tanto público como privado. Como decíamos, el objetivo de iluminar los espacios durante la noche es para poder realizar estas actividades en dicho espacio con la luz adecuada. Pero, en muchas ocasiones, esta luz destinada para realizar estas actividades no se corresponde con lo que se considera correcto.

 

Hay que distinguir entre dos grandes problemas: el exceso de iluminación y la mala orientación del alumbrado. En muchas ocasiones el alumbrado es excesivo para las actividades que se van a realizar en ese espacio en cuestión. Esto genera una iluminación ineficaz. Por otro lado, la mala orientación de las fuentes lumínicas. En lugar de hacer visible el espacio donde se desarrollan las actividades, se ilumina el cielo nocturno.

 

Esta ineficacia del alumbrado se puede apreciar en las ciudades y los núcleos urbanos, donde la red de iluminación es más extensa. Como resultado encontramos un cielo anaranjado durante toda la noche que no permite ver las estrellas.

 

Consecuencias de la contaminación del cielo nocturno

No solamente no podemos ver el cielo estrellado desde las ciudades, sino que la contaminación lumínica tiene muchas otras consecuencias. En primer lugar, el coste económico que ello conlleva. Toda la luz de las ciudades procede de electricidad, con un coste de producción y de distribución. En segundo lugar, un coste de carácter ecológico. Esta contaminación afecta a todo el ecosistema. Altera el comportamiento de algunos insectos que son la base de la cadena trófica de muchas especies animales. Otro punto importante a considerar es la generación de residuos y gases de efecto invernadero por el uso de combustibles fósiles para generar la electricidad.

 

Por último, un coste social. La contaminación de las ciudades afecta al desarrollo de la actividad de las personas. Las luces mal orientadas son un peligro para viandantes y conductores. Como iluminan el cielo nocturno en vez de las calles y carreteras, éstas quedan infrailuminadas y produce pérdida de agudeza visual al volante.

 

Solución para disminuir la contaminación lumínica de las grandes ciudades

La primera solución pasa por concienciar a la gente de que más iluminación no es sinónimo de más seguridad ni mayor visibilidad. No se trata de una cuestión de cantidad sino de calidad. Por este motivo, resulta necesario colocar farolas que orienten la luz hacia el suelo con pantallas colocadas en la parte superior. Así la luz irá directa al suelo y no se perderá hacia el cielo nocturno. Se consigue un uso más eficaz minimizando el gasto de su producción y distribución.

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