Cómo el Big Data cambiará la forma en que consumimos energía
La tecnología big data promete cambiar el futuro. Durante el 2018, el volumen de negocio del sector en Europa superará los 5.500 millones de euros. Si se cumple esta predicción, se triplicaría la cifra que se alcanzó en el 2013, confirmando su tendencia continuada de expansión. Estos datos nos llevan a la conclusión que las empresas basan sus decisiones estratégicas en el análisis de la información que el big data proporciona. Esta tecnología va a cambiar la percepción de muchos negocios, modificando sus bases, incluso en el sector energético.
La relación existente entre el big data y la energía
Esta tecnología no se utiliza únicamente en entornos estratégicos de mercados. Tiene suficiente potencial como para modificar procesos de toda clase, incluso los que hacen referencia a la energía: generación, distribución y comercialización.
Generación energética
Antes de poder distribuir y comercializar la energía, ésta se debe producir. En su proceso se incluyen grandes conjuntos de datos que deben estar controlados y gestionados correctamente. Es la manera de asegurar un perfecto funcionamiento y que sea, además, eficiente.
En este caso, el big data está orientado a asegurar un mantenimiento predictivo. Facilita información para saber en qué punto futuro una máquina fallará y poderla reemplazarla a tiempo. De esta forma, el tiempo sin uso de estas máquinas se minimiza. La implantación de esta tecnología sirve para conseguir un nivel de actividad superior y mayor esperanza de vida de las instalaciones.
Distribución de la energía: calidad y eficiencia
En la distribución de energía los datos se presentan como los grandes protagonistas. Desde la información que se recibe en las subestaciones eléctricas hasta los datos medibles en los contadores inteligentes. Los contadores inteligentes proporcionan información más clara, accesible y rápida. El cliente puede medir más fácilmente su consumo y elegir qué tarifa se ajusta más a su día a día. En cuanto a la mejorar de la seguridad, el big data se aplica a los telemandos para gestionar las redes eléctricas.
El principal obstáculo de su distribución es la pérdida de energía. El big data puede ayudar a solventar problemas como las pérdidas no técnicas, asociadas a la manipulación de los equipos para el robo de la energía. La gestión de los datos permite detectar esta clase de situaciones, resolviendo estos problemas con mayor facilidad.
Comercialización
El uso de esta tecnología en el sector energético ha permitido servicios más eficientes y de mayor calidad. Los canales comerciales han mejorado gracias al procesamiento de los datos. Se consigue una mayor velocidad, volumen, valor y variedad. La unión del big data con otras tecnologías como la inteligencia artificial, puede asegurar análisis predictivos más fiables y más segmentados.
Con el estudio de toda esta información, se pueden identificar patrones, individualizando el trato a los clientes de una manera más efectiva. No consiste en tener más información, sino en procesarla y conocer mejor al cliente. Así se puede afinar mejor sobre qué ofertas se ajustan más para los intereses del consumidor final.
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